Te damos gracias Señor
¡La Federación Santa María de Guadalupe está de fiesta!
En el día 7 de mayo puntualmente a las 5 de la tarde, celebramos con inmenso júbilo, la
bendición de la Iglesia del Monasterio de Mairena de Aljarafe, nuestra querida Casa Federal.
Congregadas por el Espíritu Santo, nos reunimos más de 50 hermanas en la alegría y amor
fraterno para celebrar este día de gracia, llenas de gratitud al Señor, ¡que verdaderamente “ha
estado grande con nosotras”!
La Eucaristía, presidida por el Señr Arzobispo de Sevilla, D. Juan JoséAsenjo Pelegrina, fue
concelebrada por 22 sacerdotes, de entre los cuales hay que destacar el Vicario para la vida
religiosa, el Vicario de zona, el pároco y el capellá del Monasterio. Pudimos contar con la
presencia siempre cercana y fraterna de los hermanos menores, especialmente de fray
Joaquí Domíguez Serna, nuestro Asistente, que ha hecho este recorrido apoyando desde el
principio a la Comunidad de la Casa Federal.
La bellíima Iglesia del Monasterio estaba repleta, tanto que muchas personas tuvieran que
quedarse fuera. Muchos amigos de la Comunidad, invitados y parroquianos de Mairena
quisieron estar presentes, asícomo amigos venidos de la Dióesis de Méida-Badajoz.
En la preciosa homilía, D. Juan José nos explicó detalladamente la importancia de la bendició
del ambó y del altar que habí hecho anteriormente. El ambó es la sede de la Palabra
proclamada y meditada en cada Eucaristía o celebració. Es como una fuente de vida y encontro
con el Dios vivo que nos habla hoy, es escucha atenta a la voz del Señor. El altar es
el ara del sacrificio incruento del Cordero Pascual por todos los hombres y mujeres. Allí, en
cada Eucaristía, Cristo se hace verdaderamente presente en su Cuerpo y en su Sangre, y de
donde, como manantial siempre desbordante, nos saciamos; es aliento y fortaleza cada día
para las angustias y cansancios humanos, es viático en nuestra peregrinación terrena. El Señor
Arzobispo invitaba a todos, no sólo a la Comunidad Conventual, sino también a los amigos del
Monasterio y habitantes de Mairena, a saborear ratos de oración y adoración en el nuevo
templo, participando además en las celebraciones y en la Eucaristía Dominical. Insistió en que
este lugar fuese espacio de verdadero encuentro de las hermanas concepcionistas con el
Esposo, D. Juan José, resaltó la constante llamada a la fidelidad que soló puede brotar del
encuentro íntimo con Jesús Eucaristía.
Después de la preparación del altar, se celebró por primera vez la Eucaristía en la nueva
Iglesia, donde pudimos rendir gracias ofreciendo el sacrificio de Cristo al Padre.
Las maravillosas flores con que estaba adornada la Iglesia nos hacían pensar en la misma
belleza de Dios y la imagen de la Virgen Inmaculada mirando a sus hijas atraía nuestros ojos
de manera especial.
No recibimos la bendición final sin antes escuchar las agradecidas palabras de la Madre
Presidenta. Dirigiéndose a todos y agradeciendo la presencia de cada uno. Madre María de la
Cruz resaltó el apoyo cercano del Padre Asistente, la eficiencia del Señor arquitecto y de su
equipo, así como de los constructores y demás trabajadores que hicieron posible este
acontecimiento; la ayuda de las hermanas que, de distintas formas han apoyado este recorrido
de seis años. El esfuerzo y la constancia de todos permitieron celebrar este gran día para
nuestra Federación.
Después de la Eucaristía fue ofrecido un pequeño ágape a los invitados y participantes de la
inauguración de la Iglesia del Monasterio de la Purísima Concepción de Mairena del Aljarafe.
Las hermanas de otras comunidades nos dirigimos en el refectorio donde teníamos ya
preparado el banquete.
¡Gracias Señor por la comunión fraterna y por compartir este día de alegría y alabanza a tu
bondad y amor infinitos!
Necesariamente subrayamos aquí la perseverancia y valentía de nuestra querida Madre
Presidenta a lo largo de estos años de construcciones; si es posible tener hoy un Monasterio
abierto a todas nosotras, una Iglesia lindísima donde alabar al Esposo que es de todas las
hermanas de la Federación, lo debemos a los esfuerzos constantes de la Madre María de la
Cruz.
¡Que el Señor sea alabado con nuestras vidas y con nuestro “Sí” diario!
soror Inês de la SSma.Trinidad
Monasterio de Campo Maior (Portugal)
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